Ser madre no es como lo pintan

7 de mayo de 2020.

Por Shuemy Pérez

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El 10 de mayo se celebra en México el día de las madres, día que “honra y festeja” a las buenas y trabajadoras madres, quienes, a pesar de tener un empleo, formal o informal, también tienen un trabajo dentro de casa. El ser madre también es un trabajo, sólo que en este no hay paga


Veracruz – México, 06 may. 20. AmecoPress/SemMéxico.- Hace unos días me encontré con un post de una amiga, era un video donde se mostraba el parto humanizado, ella escribió en la descripción “Que bonito, ya me dieron ganas de embarazarme (nociertoma)” y una recién mamá le comentó “jajajaja no sabes lo que pides”, informa Testigo Púrpura.

Para las que no somos madres, en efecto, no sabemos lo que es parir, padecer los dolores, ser una mamá.

Empecé por buscar sobre el día de las madres y su origen, resulta que en nuestro país se empezó a conmemorar a las madres hace apenas 98 años y todo fue impuesto por un hombre, nada extraño, quien decidió que era necesario recordarles a las mujeres cuál era su meta en la vida.

En México las mujeres trabajan tres veces más que los hombres en el hogar según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); el trabajo que las mujeres realizan en el hogar va de cuidado a los hijos, limpieza, cuidado a adultos mayores, educación, preparación de alimentos, entre otros.

El 10 de mayo se celebra en México el día de las madres, día que “honra y festeja” a las buenas y trabajadoras madres, quienes, a pesar de tener un empleo, formal o informal, también tienen un trabajo dentro de casa. El ser madre también es un trabajo, sólo que en este no hay paga.

¿Cómo surgió este día tan importante?

Según información recabada por desdeabajo.mx el 13 de abril de 1922 el entonces director del diario Excélsior, Rafael Alducin, decidió proponer el 10 de mayo como el día de las madres con el objetivo de incentivar el ideal o aspiración que toda mujer debía tener en el país, pero ¿por qué? Seguro se lo cuestionan y existe una respuesta muy obvia: libertad femenina.

En México, específicamente en Mérida, Yucatán, se realizó el Primer Congreso Feminista del 13 al 16 de enero de 1916, en el cual asistieron cerca de 700 mujeres. Este congreso reunió a diversas mujeres que buscaban ser reconocidas como ciudadanas, tener derechos sexuales y reproductivos, poder participar en la política del estado y poder votar y ser votas.

En 1922, mismo año que se promovió el día de las madres, se imprimieron alrededor de cinco mil ejemplares del folleto con el título “La regulación de la natalidad o la brújula del hogar: Medios seguros y científicos para evitar la concepción”, una traducción del folleto Family Limitation, escrito por Margaret Sanger, enfermera neoyorquina y editora del mensuario The Woman Rebel.

Esto sembró miedo en la sociedad mexicana, a los conservadores, a los religiosos, a los hombres, quienes se sentían tan abrumados por la libertad de pensamiento que debían encontrar una manera de mantener a las mujeres con la idea de aspirar a procrear y conservar su instinto materno y sumiso.

Fue así que en el 10 de mayo de 1922 en la editorial del periódico Excélsior se escribió: «Hoy, que en el extremo meridional del sureste se ha venido emprendiendo una campaña suicida y criminal contra la maternidad, cuando en Yucatán elementos oficiales no han vacilado en lanzarse a una propaganda grotesca, denigrando la más alta función de la mujer, que no sólo consiste en dar a luz, sino en educar a los hijos que forma su carne, es preciso que la sociedad entera manifieste, de una forma banal si se quiere, pero profundamente significativa que no hemos llegado a esa aberración que predican los racionalistas exaltados, sino que lejos de ello, sabemos honrar a la mujer que nos dio la vida. Por ello, este 10 de mayo, oponemos el Día de las Madres».

El resultado de aquella editorial trajo muchísimas cargas ideológicas que hasta la fecha siguen predominando, por lo que cuestioné a varias mamás de distintas edades, desde los 20 hasta los 50 años.

“Siempre tuve la ilusión de ser mamá. Una se da cuenta desde que es niña que una madre es un ser muy importante. Cuando una las mira y las idealiza, piensa que puede estar en ese lugar, sin embargo, cuando una llega a realizar es una cosa muy diferente. Lo más difícil de ser mamá es todo. Una tiene que ir aprendiendo con el paso de tiempo, no se nace siendo madre ni sabiendo lo que una madre realiza; lo que una piensa de niña es que una madre es importante porque nos quieren, nos visten, nos calzan, nos alimentan, nos cuidan. Si pudiera cambiar algo de mi vida sería el seguir estudiando”, compartió Gris.

“Lo más difícil para mí del ser madre es ser yo misma: no atenderme a mí porque primero está el bebé, no poder arreglarme, bañarme (solo me toma 10 min máximo), comer, pintarme las uñas, hacer el quehacer en la casa, sentarme a ver una película, salir con una persona o amigos”, contó María.

“Fui ‘mala madre’ por trabajar en la policía, me perdí de muchas cosas en la vida de mi hija; eventos y graduaciones de la escuela, vivencias, pero le pude dar un techo, educación y comodidades, no puedes ser toda bondad con un hijo”, expresó Ana.
“Desde chica quería ser mamá porque me gustaba ver a su familia reunida, convivir con sus hermanos y ver a mis papás juntos, mantenía la esperanza de un día verme así”, narró Estela.

“Lo más difícil de mi maternidad ha sido el rechazo, la burla, falta de respeto, el acoso, la frustración. El querer estudiar, trabajar, o salir no es lo mismo. El querer llorar y no poder pues no se puede o debe ser débil cuando eres la figura más fuerte de una personita especial en la que una pone su máximo esfuerzo”, escribió Karla.

Según Selenne Garrido García, comunicadora y periodista, la romantización o romantizar cualquier situación nos da algunos mecanismos de defensa dentro del mundo capitalista porque “nos han enseñado a respetar ciertas situaciones que tienen verdad, romantizar nos ayuda a poner una capa o muro, nos ayuda a defendernos del dolor. Nos ayuda en varias cosas que siempre van a estar ahí, es decir, el sistema siempre nos va a decir qué es lo que tenemos que seguir haciendo para ser parte de una producción continua y seguir alimentando al sistema capitalista”.

La romantización dentro de la maternidad empieza desde el embarazo, “desde que nos dicen que no importa el dolor que sea, no importa cómo cambie tu cuerpo o no importa cómo te sientas porque lo más maravilloso y lo único que debería ser una mujer, y por lo que debería estar feliz y agradecido con la vida, es ser una madre” señala Selenne.

El proceso de des romantizar requiere tiempo, se debe de deconstruir la idea inicial, parte por parte para quitar la emotivo y quedarnos con lo esencial de la idea, dijo Selene porque antes de ser madre se es mujer.

Notimex informó en 2019 que al menos una de cada tres mujeres son madres solteras o no cuentan con el apoyo de una pareja, lo que incrementa los niveles de estrés y la propensión a sufrir ataques de ansiedad. Hasta el 2014 el INEGI informó que 33 de cada 100 mujeres de entre 15 y 54 años de edad, eran madres solteras, y de éstas el 53 por ciento no cuentan con un nivel escolar máximo de secundaria.

Lo que se debe lograr es que las mujeres puedan ser quienes son, sin tener que demostrarse ni demostrarle a alguien más, algo, “el sistema de romantización habla mucho de que nosotras debemos dejar nuestros deseos, incluso nuestras aptitudes y dedicarnos a la cría”, dijo Garrido García.

Afectaciones por la cuarentena

Seis de cada 10 mujeres con hijos que trabajan de manera remunerada en México lo hacen en la informalidad, es decir, que hay 8 millones 846 mil madres trabajadoras que no cuentan con acceso a instituciones de salud ni perciben las prestaciones laborales de ley según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo al cuarto trimestre de 2017, escribió Rubén Migueles para el Universal en 2018.

Las madres jefas de familias que trabajan de manera informal son las más afectadas pues no cuentan con un ingreso para mantenerse ni mantener a sus hijos.

“En lo económico me dio en la torre, pues las ventas se redujeron al máximo e igual las clases que doy pues por precaución no hay asistencia a clases, las primeras dos semanas me las vi difícil. De qué sirve que no haya escuela si los gastos están a la orden del día”, dijo Karla.

“Como madre, no estoy laborando, por lo tanto, un dinerito que me dieron en la policía, lo estoy gastando y no es bueno. No me pueden contratar por el momento, por lo del mentado COVID-19 y la cuarentena”, señaló Ana.

“Regresé al pueblo y le pedí de favor a mi sobrina si necesitaba a alguien que la apoye en su casa y eso hago, se puede decir que es un apoyo un familiar en su casa”, contó Estela.

Además de los problemas económicos también están los problemas de convivencia, Veracruz lleva más de un mes en cuarentena, lo que llevó a la mayoría de las madres permanecer las 24 horas del día con sus hijas e hijas, tarea que consume a las madres y que no pueden quejarse de ello, porque las dejaría como “malas madres”
“Es necesario el poder decirlo, muchas sí lo pensamos y lo queremos decir o pedir ayuda a tiempo, pero muchas ni siquiera se lo cuestionan, porque se la han pasado pensando en cómo sobrevivir, pero para las que tengamos el privilegio tenemos que hacerlo saber y también es necesario crear redes de apoyo” relató Selenne.

“Me afectó en que no puedo salir a hacer mis compras como si no pasará nada ya que tengo que tener más precaución por el bebé”, narró María.

Una recomendación de Selenne es el de crear redes comunitarias de apoyo, para que, en el momento que las madres necesiten un tiempo para ellas haya alguien más que la pueda ayudar con el cuidado de los hijos.

“Si tienes el privilegio de conectividad a internet, bueno pues, me enlazo y le pido a una amiga hacer una actividad virtual, dependiendo de las edades, y te voy a dejar enlazada un rato y ayúdame” para las que no cuenten con internet, es preferible solicitar apoyo a un familiar o amistad que no corra el riesgo de infectarse, responda a nuestro llamado de auxilio, tomando las precauciones pertinentes para estar en contacto con las y los infantes.

Foto: SemMéxico.

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